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10 razones por las que Miranda Makaroff es la mejor ‘instagramer’ de España

La polifacética artista y diseñadora tiene un perfil que va mucho más allá de la moda. Imágenes que parecen recién sacadas de una revista, altas dosis de ironía y un discurso ‘buenrollista’ y reivindicativo atraen a sus casi 150.000 seguidores.

Miranda Makaroff

Miranda Makaroff no es una instagramer al uso. Hija de la diseñadora Lydia Delgado, comparte profesión con su madre mientras otros títulos –artista, dj o influencer– siguen agolpándose en su currículo. A pesar de que podríamos incluir su cuenta en Instagram, @mirandamakaroff, dentro de la categoría ‘moda’, sus casi 150.000 seguidores saben bien que es mucho más que eso. «Mi objetivo es transmitir buena energía y diversión porque creo que es algo que ha pasado a segundo plano en el mundo de la moda. Nos hemos vuelto un poco esclavos enfermizos de las tendencias y creo que es importante vivirlo desde una perspectiva de libertad, creatividad y juego», cuenta a S Moda. Sus constantes actualizaciones, tan cuidadas como divertidas, sitúan su cuenta como una de las más interesantes del panorama español. Y tenemos las pruebas:

1. Sus fotos parecen un verdadero editorial de moda

«Para mi cada foto tiene que acercarse lo máximo posible a una pieza de arte», confiesa Makaroff. Su intención artística se traduce en imágenes que bien podrían colarse entre las páginas de una revista de moda. Su pareja, Pascal Moscheni, está en gran parte de las ocasiones detrás del objetivo aunque otras veces es ella misma quien coloca el autodisparador o se graba. No se trata de un conjunto de looks disparados en el jardín de su casa: cada imagen conlleva un concepto creativo, un estilismo perfectamente orquestado y un entorno casi siempre sorprendente. «A veces tardo tres minutos en conseguir la foto y otras, tres horas. Uso mucho el iPhone o la Cannon 5D que hace fotones», nos cuenta.

2. Adiós a las poses cliché, lo suyo es divertirse

Sus actualizaciones nunca dejan de sorprender. Mientras el resto del universo egoblogger camina por la ciudad mirando el móvil mientras fingen que no saben que están siendo fotografiadas, Makaroff tira de ingenio (y altas dosis de ironía) para recrear las poses más inverosímiles. «Cuando pienso que los vecinos me están viendo desde la ventana haciendo la loca y disfrazada me entra la risa. Seguro que a ellos también», nos cuenta entre risas.

3. Muestra con naturalidad su cuerpo (y pelea contra la censura de Instagram)

Makaroff en topless en una playa paradisiaca, caminando desnuda entre el trigo, reinterpretando a Helmut Newton ataviada (solo) con unas botas… Las instantáneas en las que la artista y diseñadora reivindica la desnudez son infinitas. «Tuve muchos problemas con Instagram al principio porque había mucha gente que me denunciaba, ¡pero por mis dibujos! La normativa de esta red social dice que en el arte no hay censura así que estaban incumpliendo sus propias normas. Para mí un cuerpo desnudo es arte y pureza. Es algo precioso y natural. Más natural que llevar ropa puesta ¿o acaso nacemos vestidos y con complementos? El desnudo no debería ser censurado, eso es ir en contra de la naturaleza que nos trae al mundo tal y como somos», reclama.

4. Nadie utiliza el color como ella

Los filtros muy claros, casi blanquecinos, dominan últimamente las cuentas de las blogueras de moda. A pesar de que las tendencias en la edición fotográfica vienen y van, nacen y se transforman a la velocidad de internet, Makaroff apuesta por la explosión de color constante en su feed. «Me gusta el color porque es mi vitamina, mi ilusión. Si la tendencia es lo desaturado y eso no me hace feliz pues no lo hago porque no vibro con ello. Si lo hiciera sería renunciar a mi esencia para agradar al resto y eso significaría perder mi identidad. Uno tiene que creer en su gusto y su esencia por encima de todo», explica la influencer.

5. Sabe reírse de sí misma

«¿Se puede ser más blogger?», pregunta en el pie de foto que acompaña a una instantánea en la que le espera un plato de fruta en un hotel paradisiaco de Bali. «¿Pascal, tú crees que se nota que nieva en la foto?», comenta en otra en la que posa en mitad de una tormenta de nieve. La ironía es una constante en sus publicaciones así como en sus Stories, donde es muy activa. «Lo que más me gusta es que la gente se ría y se lo pase bien. Como pienso que muchos momentos de mi vida son bastante graciosos me gusta compartirlo con la gente para que se diviertan conmigo», reconoce. Y continúa: «Es cierto que en ocasiones se me va un poco la olla y no tengo filtro. A veces me arrepiento de cosas que subo pero como en Stories las publicaciones desaparecen a las 24 horas… También reconozco que soy un poco adicta y no me vendría nada mal pasar horas sin el móvil porque al final es un poco tóxico. Pero es la era de la tecnología así que habrá que vivirla a tope para ver qué nos depara».

6. Se curra (de verdad) los anuncios y patrocinios

Un plano cercano del producto o una imagen integrando esos zapatos en el resto del estilismo son las dos fórmulas básicas a las que recurren la mayoría de las influencers para patrocinar firmas y productos. Nada más lejos del estilo Makaroff. La diseñadora y dj inventa todo un concepto creativo para cada post patrocinado e incluso saca a relucir sus dotes interpretativas en vídeos tan hilarantes como este. Imposible no preguntarle por la polémica de si los intagramers deben indicar cuando es un contenido patrocinado o no. «A mí me parece un poco absurdo porque pienso que la gente es suficientemente inteligente como para saber si quieren comprar lo que enseñamos o no. Igual que si compras una revista tampoco sabes si las prendas que salen en una editorial están ahí porque le gustaron a la estilista o porque la marca es anunciante. Es verdad que algunas firmas nos piden que pongamos que se trata de un anuncio y a mí me parece bien», aclara.

7. Sabe que cualquier escenario es bueno

«Con cada foto intento aportar una visión diferente e innovadora, que sorprenda. Romper las normas creadas por uno mismo y probar, arriesgarse», cuenta. Y si para lograrlo hay que posar encima de una televisión en mitad de Los Ángeles, tirarse al suelo en un museo, subirse a un cubo de basura o hacer el pino detrás de un muro, lo hace sin mirar atrás.

8. Va más allá de la moda

«Mi perfil no está focalizado solo en moda», afirma a S Moda. Y basta con pasearse por sus 4.300 publicaciones para comprobarlo. Más allá de mostrar una prenda o un look, enseña una forma de entender la moda y la vida. El arte está muy presente en todo lo que hace y sus actualizaciones abarcan todo tipo de temas más allá de las compras y el street style. Tanto es así que entre sus cuentas favoritas no se cuela ningún egoblog. «Me gusta mucho la de @alia_pop, una artista de Los Ángeles que siempre colabora con marcas chulísimas y tiene mucho talento. También la de Stephen Ormandy, otro artista que me fascina. Y no puedo dejar de recomendar la de mi amiga Mia Moretti, que es pura elegancia y buen gusto». Según nos cuenta, los perfiles que más le gustan son los de gente que conoce y le cae bien. «Antes admirada el arte de cada persona por sí solo pero ahora depende mucho de si la persona me trae vibraciones positivas o no. Alguien puede ser muy interesante en lo que hace pero si recibo energía oscura me deja de interesar».

9. Transmite mensajes positivos (y necesarios) a sus seguidores

Empoderar a la mujer y aceptar a todo el mundo son dos mantras que se repiten en gran cantidad de sus publicaciones. «Ser feliz», «respetar la naturaleza» o «no perder el niño interior» son otros de sus mensajes más recurrentes. No por evidentes dejan de ser motivadores y un soplo de aire fresco y buenrollismo como antídoto a los perfiles más superficiales y sobrios.

10. Viaja por todo el mundo (y te hará soñar con los lugares que visita)

«En Madrid me cuesta más conseguir una buena foto porque la ciudad y los edificios siempre son de colores un poco tristes. Cuando viajo a lugares con naturaleza y arquitectura visualmente atractiva me cuesta muchísimo menos conseguir una foto interesante», dice. Debe ser por eso –y por la vida de instagramer– por lo que está constantemente de un lugar para otro recorriendo el mundo y descubriendo sitios únicos a sus seguidores. Muchos se tendrán que conformar con visitarlos a través de su estética única y la explosión de color de sus fotos.

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