Sin prisa, pero sin pausa. Así encara Leo Messi la segunda fase de su recuperación, una vez que la inflamación ha desaparecido de su rodilla izquierda tras el intenso trabajo de fisioterapia, a base de corrientes, láser, masajes y hielo. Con la llegada el pasado lunes del fisioterapeuta de la selección argentina y de la máxima confianza del propio Leo, Marcelo D’Andrea, quien incluso se hospeda en la casa del crack en Castelldefels, Leo está a punto de dar un paso más en su rehabilitación.
Entre hoy y el domingo está previsto que el delantero azulgrana empiece ya a correr y a fortalecer la musculatura que ha tenido en reposo durante este último mes, tras caer lesionado en el partido ante el Las Palmas, el pasado 26 de septiembre, en el que se rompió el ligamento colateral interno de la rodilla izquierda.
Pese a que el objetivo es poder llegar al Clásico del Bernabéu del próximo día 21 de noviembre, tanto Leo Messi tiene muy claro que no forzará. “Si llega, genial, si no, no pasa nada. La temporada es muy larga”, es el pensamiento generalizado dentro del vestuario.
La madurez de la experiencia
Más allá de los consejos que ha recibido, Leo Messi no sólo es ahora un futbolista distinto dentro del terreno de juego, donde además de seguir goleando es capaz de llevar la batuta del juego desde el centro del campo, sino también a la hora de afrontar las lesiones.
Sus experiencias en dolencias anteriores y la madurez que le dan sus 28 años han propiciado que Messi encare sus recuperaciones con más tranquilidad, sin el ansia de querer recuperarse cuanto antes para volver a jugar como le ocurría antes. Además, la no convocatoria de Martino para los trascendentales partidos ante Colombia y Brasil también le ha liberado. La albiceleste significa muchísimo para él, pero en este caso el haber sido seleccionado hubiera supuesto más un problema que una alegría, ya que de haber llegado lo hubiera hecho muy justo de fuerzas y los dos partidos son de máxima exigencia, más después de que Argentina sólo haya sumado un punto de seis posibles.
A diferencia de algunas lesiones anteriores -como la última que sufrió en el bíceps femoral en noviembre de 2013-, Leo ya no tiene la necesidad de ‘huir’ de Barcelona para recuperarse. Entonces, y para no añadir más sufrimiento a su lesión por no poder ayudar al equipo dentro del campo, el crack se aislaba en Argentina para recuperarse. Ahora en cambio, no sólo lo lleva mejor -también ayuda el hecho de ver que Neymar y Suárez también tiran del carro- , sino que acude a todos los partidos del Camp Nou y entra en el vestuario a animar a sus compañeros. Otro puntal fundamental y que le hace sobrellevar mucho mejor las lesiones es el cariño que recibe en casa de su pareja y sus dos hijos