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#Diamundialdelcorazon Un corazón❤️ sano para un organismo saludable. La salud del corazón y la de todo el aparato circulatorio es fundamental para todo el organismo porque el corazón es el motor de la vida. El corazón es el músculo más importante de nuestro cuerpo: trabaja 24 horas al día y se contrae sin cesar bombeando la sangre a través de los vasos sanguíneos, asegurando así a todas nuestras células su elemento vital: el oxígeno. Poco mayor del puño de una mano, bombea unos 8.000-9.000 litros de sangre al día. Su trabajo es continuo pero variable, ya que el bombeo es mayor cuando hacemos un esfuerzo y disminuye al relajarnos, pero siempre está listo para ofrecernos su apoyo en cualquier instante de nuestra vida. Es un aliado único que verdaderamente vale la pena proteger. Incluso cuando nos sentimos bien hemos de asegurar una “protección” adecuada. Los riesgos para el corazón: conocerlos para evitarlos redacción a cargo de SIMG Los factores de riesgo cardiovascular son aquellas condiciones que aumentan la probabilidad de desarrollar una enfermedad del sistema cardiocirculatorio que pueda acabar provocando un evento grave, como un infarto o un ictus. Algunos factores (edad, sexo, y parentesco) no son modificables al no depender de nuestra voluntad. De todas formas deben tenerse en cuenta cuando se determina el nivel de vigilancia para un sujeto en concreto. Por ello hemos de ser conscientes de que: con la edad nuestro riesgo cardiovascular aumenta progresivamente; los hombres en general tienen un riesgo mayor en cualquier edad, mientras que las mujeres deben tener cuidado especialmente después de la menopausia; si tenemos familiares de primer grado (padres, hermanos/as) que hayan sufrido eventos cardiovasculares a una edad joven (menos de 55 años para los hombres y de 65 para las mujeres) , la probabilidad de aparición de estas enfermedades es mayor. Por otra parte, existen los factores “modificables”, es decir, aquellos reversibles: cambiando nuestro comportamiento podemos reducirlos o eliminarlos, contribuyendo así a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Podemos decidir dejar de fumar, podemos mantener controlado nuestro peso, nuestra tensión arterial, la colesterolemia, un posible estado de diabetes, etc. Cada uno de estos factores contribuye a aumentar el riesgo cardiovascular. Por lo tanto, la probabilidad de que una persona que presente simultáneamente más de un factor de riesgo contraiga una enfermedad cardiocirculatoria es mayor que la simple suma de cada uno de los factores de riesgo. Para evaluar el riesgo cardiovascular se deberá tener presente, por consiguiente, no solo cada factor de riesgo por separado (colesterol o tensión arterial) sino también la coincidencia de varios factores. Por ejemplo, un sujeto con un valor no especialmente alto de colesterol y, por lo tanto, por sí solo no preocupante, podría, en cambio, tener un riesgo cardiovascular significativo si además es fumador y su tensión es algo más alta de lo normal. Por desgracia, los factores de riesgo frecuentemente se presentan al mismo tiempo, ya que a menudo están relacionados entre sí: los errores alimentarios, por ejemplo, contribuyen al sobrepeso, al aumento del colesterol y de los triglicéridos, a la hipertensión, a la diabetes, etc. Corrigiendo los hábitos alimentarios y mejorando el estilo de vida es posible actuar simultáneamente sobre varios factores de riesgo. Tabaco Fumar, después de la edad, es el factor de riesgo más importante para las enfermedades cardiovasculares. Aparte de múltiples agentes nocivos y cancerígenos, el tabaco también aporta dos sustancias muy peligrosas para el sistema cardiocirculatorio: la nicotina y el monóxido de carbono. La nicotina, al estimular la producción de adrenalina, aumenta la velocidad del ritmo cardíaco, sometiendo el corazón a un esfuerzo excesivo. Además, al favorecer la formación de “coágulos” de sangre, la nicotina aumenta el riesgo de trombosis. El monóxido de carbono, por otra parte, reduce la cantidad de oxígeno que es transportada por la sangre a los distintos órganos y tejidos del cuerpo. Fumar es un hábito muy perjudicial al que necesariamente debe renunciarse para tener una buena salud del sistema cardiocirculatorio y de todo el organismo. Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. Para los exfumadores, de hecho, el riesgo de contraer una enfermedad cardiovascular debido al tabaco baja a la mitad después de 1 año y desaparece por completo al cabo de unos años. Esto no es lo que ocurre con los tumores, cuyo riesgo permanece para toda la vida. Los fumadores han de saber que el riesgo crece a la par que el número de cigarrillos fumados: cada cigarrillo adicional es un paso más hacia niveles de riesgo más elevados. También se ha de tener en cuenta que, en comparación con los hombres, el riesgo para las mujeres es todavía más elevado: para un mismo número de cigarrillos fumados las mujeres sufren más los efectos perjudiciales. Y recuerde: muchas personas piensan que fumar adelgaza, ¡pero esto no es cierto! Quienes dejan de fumar tienden a aumentar de peso porque perciben mejor los sabores y como consecuencia comen más. Diabetes La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por la presencia de niveles elevados de glucosa en la sangre (hiperglucemia) y que es debida a una alteración de la cantidad o de la función de la insulina. Si no se cura inmediatamente de forma correcta, la diabetes favorece el endurecimiento de las arterias (aterosclerosis), la hipertensión y la hipercolesterolemia y reduce el nivel de colesterol-HDL, aumentando el riesgo cardiovascular. Los médicos diagnostican diabetes: a. Cuando la glucemia medida en ayunas es igual o superior a 126 mg/dl en al menos dos ocasiones, con una semana de separación. b. O cuando se detecta un valor de glucemia al azar, es decir, medida en cualquier momento del día, mayor o igual a 200 mg/dl y se asocian síntomas de diabetes como la necesidad de orinar frecuentemente (poliuria), una excesiva sensación de sed (polidipsia) y una pérdida de peso inexplicable. c. O cuando los análisis de laboratorio (prueba de sobrecarga oral de glucosa) indican una glucemia mayor de 200 mg/dl 2 horas después de la administración oral de 75 gramos de glucosa. d. La hemoglobina glicada (HbA1c) es igual o superior a 6,5%. Además, algunas condiciones que indican un elevado riesgo de desarrollar diabetes a menudo están asociadas al sobrepeso, la alteración de las grasas de la sangre (dislipemia) o la hipertensión y se presentan acompañadas por un riesgo mayor de eventos cardiovasculares: 1. Glucemia Basal Alterada (GBA) cuando la glucemia en ayunas está comprendida entre 100 y 125 mg/dl. 2. Tolerancia Alterada a la Glucosa (TAG) cuando la glucemia, dos horas después de la carga oral de 75 gramos de glucosa, está comprendida entre 140 y 200 mg/dl. 3. Hemoglobina glicada (HbA1c) comprendida entre 5.7 y 6.4%.

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