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Los marginados de LinkedIn: en paro, desesperados y soportando a los 'gurús'
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DESEMPLEADOS NOS CUENTAN SU (MALA) EXPERIENCIA

Los marginados de LinkedIn: en paro, desesperados y soportando a los 'gurús'

No tienen suficiente con estar en paro: además, tienen que sufrir a diario a 'gurús' que, aparentando dar consejos, acaban criticándoles de manera agresiva. Hemos hablado con ellos

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De todas las grandes plataformas sociales que usamos en la actualidad, LinkedIn quizás sea la que más difícilmente encuentra una definición clara por parte de sus usuarios. ¿Es una mera red social? ¿Es un portal de empleo? ¿Es un encuentro entre profesionales que, llegados a un punto, quizá puedan hacer negocios entre sí o encontrar un nuevo trabajo?

En el imaginario colectivo hay una definición tan 'desenfadada' como aceptada: LinkedIn es la red social del postureo laboral, aquella en la que cada usuario muestra su mejor faceta, exhibe sus cualidades y, de un modo u otro, intenta medrar profesionalmente. Pero ¿qué hay de los usuarios que no encajan en esa descripción? ¿Qué pueden esperar de LinkedIn quienes acuden a ella para relacionarse, evidentemente, pero también –y sobre todo– para buscar trabajo?

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A menudo, gran parte de estos usuarios se encuentran con un rechazo social generalizado. En una plataforma caracterizada por el lucimiento personal de sus usuarios, quienes comentan su situación de desempleo, que en ocasiones llega a ser desesperante, se topan con mensajes agresivos que cuestionan su situación, su forma de 'venderse' e incluso sus propias capacidades profesionales. Estos son los testimonios de algunas de esas personas que se sienten 'los marginados de LinkedIn'.

"Estoy harta de que me den lecciones"

María (nombre modificado) acepta hablar con este periódico, aunque nos hace una advertencia: "Si de verdad quieres que te cuente lo que siento cuando me llegan ese tipo de mensajes, mejor cámbiame el nombre. Porque como salga con mi nombre real, entonces sí que no consigo trabajo en la vida".

Con 38 años y arquitecta de profesión, pasó por tres estudios de arquitectura de Valencia hasta que se quedó embarazada. Tras la baja por embarazo y maternidad, dos meses después de volver al trabajo fue despedida. La acumulación de problemas y responsabilidades le hicieron caer en una depresión: en total, María estuvo dos años y tres meses sin trabajar.

Estoy harta de los gurús de pacotilla que se hicieron 'coaches' ayer por la tarde y ahora van dando lecciones a todo el mundo

Justo ese fue el factor que le llamó la atención a un usuario de LinkedIn cuando vio que ella publicaba que estaba en busca de empleo: "Por lo que dices tienes un CV genial; entonces, ¿por qué has estado tanto tiempo en paro? Las mentiras tienen las patas muy cortas". Es el comentario más agresivo que ha recibido, pero ni mucho menos el único, según nos cuenta ella misma.

"Está el típico gurú que te dice que lo estás haciendo mal, que no hay que decir que buscas trabajo, que hay que venderse. ¿Qué se creerá, que soy tonta y no lo sé? ¡Claro que lo sé! Pero esas cosas están bien cuando tienes empleo, no cuando estás sin trabajo, con tu marido también en paro, con una hija y pasándolo mal".

María, sencillamente, está harta: "Está el que te dice que lo estás haciendo mal, el que te dice que la culpa es tuya porque no tienes actitud positiva… Además, es que luego miras sus perfiles y son personas que no han estado en paro en la vida. En serio, una cosa es intentar ayudar y otra entrarme de esa manera, con esa agresividad, y que venga a darme lecciones gente que no sabe lo que es pasarlo mal por no tener trabajo. Me siento una apestada y mucha de la gente con la que hablo tiene la misma sensación. Estoy harta de los gurús de pacotilla que hicieron un curso de 'coaching' de media hora y ahora van dando lecciones a todo el mundo. Y si encima eres mujer, te explican las cosas como si fueras idiota".

"Así no vais a conseguir nada"

Algo similar le ha pasado en este tiempo a Gabriel Sanjurjo, un químico asturiano de 44 años que actualmente vive en León. Tras casarse y ser padre, Gabriel tuvo varios empleos: dando clases en una academia, gestionando proyectos de investigación y, posteriormente, con trabajos puntuales a través de una ETT que, en días sueltos, le mandaba a montar mesas de 'ping pong' en eventos o a recolocar mobiliario en una tienda de deportes.

Su trabajo más estable tuvo lugar entre 2005 y 2012, cuando trabajó de teleoperador en León. Tras ello, cinco años casi ininterrumpidos de paro. Su situación fue la que, en mayo de este año, le llevó a sincerarse en LinkedIn: "Necesito trabajar. Tengo una hija a la que pasarle la pensión y llevo muchos años desempleado, que no parado. […] Necesito trabajar y me da igual de qué. […] Estoy cansado de buscar y no me sale nada".

Tenéis que cambiar la actitud. Si estáis en paro y os lamentáis, no vais tener trabajo nunca, así no vais a conseguir nada

La publicación de Gabriel se hizo medianamente viral y llegó a cientos de usuarios de LinkedIn, la mayoría de los cuales le desearon suerte e incluso le pidieron su CV por si podían echarle un cable. Sin embargo, Gabriel también se encontró con algún mensaje de corte muy distinto: "Tenéis que cambiar la actitud. Si estáis en paro y os lamentáis, no vais tener trabajo nunca. Tenéis que venderos mejor, así no vais a conseguir nada".

Pese a que el propio Gabriel sabe que la mentalidad es uno de los ingredientes para conseguir trabajo, lo cierto es que comentarios como ese no destacan precisamente por su empatía, sino por su agresividad ante el parado: "Intento no preocuparme mucho por esos comentarios, solo me fijo en los que de verdad intentan ayudar y aportar algo. Hablar es muy fácil, pero la gente que te habla por LinkedIn sin conocerte no sabe si te mueves, si no te mueves… Desde fuera, sin saber las condiciones de cada persona, cualquiera puede opinar".

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"Un consejo no solicitado es una crítica"

Los casos aquí expuestos no son mayoría, pero tampoco la excepción. Basta con darse una vuelta por LinkedIn para encontrarse situaciones en las que, en medio de una situación desesperada para una persona sin empleo, otra aparece por ahí para señalarle, con una empatía cuestionable, lo que está haciendo mal.

Para Alfonso Alcántara, conferenciante y motivador de empresa y de profesionales, hay un problema en todo esto: "Hay que tener cuidado con la arrogancia. Es un error ponerse a decir cosas así de manera agresiva; un consejo no solicitado es una crítica". Además, considera que muchos de estos comentarios parten de una perspectiva errónea: "La filosofía del 'si quieres, puedes' puede hacer mucho daño: hay otros muchos factores, como la suerte, que también acaban influyendo en que una persona supere una mala situación y acabe encontrando trabajo".

La filosofía del 'si quieres, puedes' puede hacer mucho daño: hay otros factores, como la suerte, que también influyen

Y es que "a veces los que han superado algunas dificultades se piensan que todo se ha debido a su esfuerzo y a su talento, de modo que, si se encuentran a alguien con problemas, le echan la culpa, porque creen que no ha hecho lo suficiente. También hay una cultura muy narcisista: la del que se hace valer a través de minusvalorar a los demás".

Gabriel Sanjurjo tiene un punto de vista similar: "Esa filosofía les vale a los que viven de ella, vendiendo humo y contando historias que no son ciertas. Por supuesto que tienes que tener pensamiento positivo, pero no todo depende de ti: las circunstancias que te rodean, el entorno en el que vives, tu día a día… hay muchas cosas que afectan a tus decisiones y a tu futuro". Además, ve un peligro potencial en impulsar ese discurso: "Hay personas que no tienen mucha confianza en sí mismos, así que si se esfuerzan y las cosas no les salen bien, se acaban autoculpando. Y eso es muy peligroso".

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"La empatía sin más tampoco ayuda"

Sin embargo, Alcántara también considera que en el otro extremo puede haber posturas peligrosas: "Hay gente que, queriendo parecer empática, ofrece toda su ayuda al parado, pero luego no tiene recursos para ayudarle. Se muestran generosos y colaborativos en público para mejorar su reputación y piden el CV sabiendo de antemano que no lo van a mover o que no hay posibilidades reales".

Así pues, al margen de los posibles márgenes de calma o desesperación de cada desempleado, les sugiere una actitud concreta: "No pidas ayuda, pide consejo. Si pides trabajo, asustas; si pides consejo, halagas a la persona a la que se lo estás pidiendo".

Hay quienes se muestran generosos y piden el CV… sabiendo de antemano que no lo van a mover o que no hay posibilidades reales

"Para parecer profesional también debes ser profesional en parecerlo", asegura Alcántara. Y esto, más allá del posible postureo, siempre acaba influyendo en la imagen pública que puede proyectar un desempleado: "Aunque tu situación sea mala, siempre tienes que valorar el efecto de tus acciones públicas".

Y es que, al final, LinkedIn no es mucho más que la extensión del bar de la esquina, donde quien no te conoce de nada te da consejos (quizá) inútiles o te dice que lo estás haciendo todo mal. En este caso, lo peor llega cuando el bar se extiende a nivel mundial en internet y cualquiera que pasa por delante se siente avalado para decirte lo que tienes que hacer.

(Por cierto, si eres empresario o responsable de RRHH y quieres ponerte en contacto con Gabriel para posibles ofertas laborales, puedes contactar con él aquí).

De todas las grandes plataformas sociales que usamos en la actualidad, LinkedIn quizás sea la que más difícilmente encuentra una definición clara por parte de sus usuarios. ¿Es una mera red social? ¿Es un portal de empleo? ¿Es un encuentro entre profesionales que, llegados a un punto, quizá puedan hacer negocios entre sí o encontrar un nuevo trabajo?

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