Primer bebé nacido en Bristol después de la guerra, en 1945, Nigel Terry estaba predestinado a ser alguien especial. Del National Youth Teatre saltó a la Royal Shakespeare Company, dedicando su vida, primordialmente, al teatro clásico. Debutó en cine, junto a tres grandes como Peter O'Toole, Katharine Hepburn y el entonces también debutante Anthony Hopkins en 'El león en invierno' (Anthony Harvey, 1968). Pero no volvió a protagonizar un film hasta 'Excalibur' (John Boorman, 1981) a la que, de forma más regular aunque con papeles más discretos, sucedieron una veintena de films y medio centenar de apariciones en series televisivas como 'Covington Cross', 'Casualty' o 'Doctor Who'.

Lo más destacable de su carrera cinematográfica sigue siendo su intensa y fructífera colaboración con Derek Jarman, que le otorgó el papel del pintor, en su versión más madura, en 'Caravaggio' (1986), a la que siguieron cuatro películas más, 'The Last of England' (1988), 'War Requiem' (1989), 'Eduardo II' (1991) y 'Blue' (1993). Hubieran podido ser más, pero Jarman falleció, víctima del sida, en 1994.

Entre los últimos films de Nigel Terry figuran 'The Emperor's New Clothes' (Alan Taylor, 2001), 'Miedo.com' (William Malone, 2001), 'Las maletas de Tulse Luper' (2003), aquel proyecto imposible del inefable Peter Greenaway, o 'Troya' (Wolfgang Petersen, 2004) en la que volvió a coincidir con Peter O'Toole.