LA TIERRA MEDIA

'La ruina de las redacciones'

Scott Reinardy es profesor de periodismo en la Universidad de Kansas. Acaba de publicar un libro titulado, más o menos, La generación perdida del periodismo. La ruina de las redacciones en Estados Unidos. Ya se pueden figurar por dónde va. Reinardy ha entrevistado en los dos últimos años a cientos de periodistas de decenas de periódicos de su país y el libro es el resumen de esas conversaciones.

Reinardy sostiene que en estos momentos no sólo hay una generación perdida en el periodismo de su país, sino tres. O, al menos, una perdida y dos descolocadas. La primera es la generación de los que han perdido su puesto de trabajo en los últimos años y, por edad o por cansancio, ya no se van a volver a incorporar a la profesión. O se han jubilado o se dedican a otra cosa. Luego están quienes continúan en las redacciones pero a los que las nuevas tecnologías les pillan sin ganas para modificar sus hábitos de trabajo. No entienden lo de hacerse un perfil en Twitter, no saben qué es un podcast, les cuesta grabar en vídeo cualquier entrevista, no tienen interés por conocer los clics que genera el reportaje que han escrito, y no ven la razón de subirlo a Instant Articles de Facebook ni tener su propio blog...

Y hay una tercera generación descolocada, que son los periodistas que manejan a la perfección esas nuevas tecnologías, pero que corren el riesgo de que las exigencias que conllevan haga que el periodismo pierda su razón de ser. Que los nuevos medios y la nueva forma de difundir pueda cambiar la calidad y la profundidad de los contenidos informativos, el pateo de la calle o la conversación con las fuentes, por la inmediatez, la producción de noticias en masa, o por ese ganar audiencia como único motivo de generar contenidos.

A Reinardy le preocupa que por esta etapa revolucionaria que vive el sector, la joven generación se quede sin la referencia de la anterior, que está dejando de existir, y que podría enseñarle el oficio tal y como es. Están cambiando tanto y tan rápidamente los procesos que, quizá por primera vez, podemos creernos que lo de antes ya no vale para nada. Y no es así.

Recordaba al profesor de Kansas y sus generaciones descolocadas a propósito de algunas informaciones de esta semana. Una ha sido las ofensas incalificables contra Adrián, el niño torero enfermo de cáncer. ¿Hemos estado apresurados los medios a dar difusión a unos tuits de dos personas indeseables que no representan a nadie y hemos convertido así unos deseos macabros en un escándalo social? Es decir, ¿habría tenido el mismo eco un comentario repulsivo pero irrelevante si los medios no hubiéramos hecho de altavoz? Otro caso es el de Piqué. ¿Hubo demasiada rapidez en la difusión por alguna web, en pleno partido y sin contrastar, de la supuesta explicación -no quería llevar en su camiseta la bandera nacional- del recorte de mangas del defensa catalán? Sólo planteo las preguntas. Que cada uno aporte sus respuestas.

Las conclusiones de Reinardy son un tanto negativas, pero ayudan a extraer algunas conclusiones interesantes. Una es ser conscientes de la magnitud de la revolución que estamos viviendo y de que todavía estamos en plena vorágine, en la que lo viejo permanece y aún no sacamos el máximo rendimiento a lo nuevo. Después, que este tinglado sólo funcionará como tal si somos capaces de seguir ofreciendo a los ciudadanos una explicación coherente, honrada y profunda de lo que ocurre en la sociedad. Ya sea a través de Twitter, de un vídeo en Facebook, con un blog o en un reportaje a cuatro columnas en una página impresa. Lo esencial no depende de generaciones.

@vicentelozano

21 Comentarios

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@solateras #19 #20 Resulta un debate interesante, sin duda, pero es que de nuevo hay una serie de elementos que hacen que la tauromaquia nos parezca el caso más representativo de maltrato animal. Primero, el maltrato en una granja es en todo caso una cuestión de omisión, no de acción. Las malas condiciones se dan para ahorrar costes, no porque haya gente que paga por ir a ver a los animales en esas condiciones. Y se ha ido legislando para mejorar la situación de estos animales para intentar asegurar unas condiciones mínimas. En la tauromaquia el sufrimiento del animal y su maltrato es necesario, pues de lo contrario se perdería el propio ritual. Hay varias personas imputadas por su trato a animales de granja, golpeándoles, clavándoles varas, etc. En la tauromaquia, eso mismo es el elemento central. Recordemos que el propio torero al principio era empleado de un matadero.

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@solateras #17 Pero es que gente así la ha habido y la habrá siempre. Es lo que pasa cuando tienes un colectivo grande que por pura estadística tendrás gente más o menos radical. La diferencia es que ahora, por puro interés se le ha puesto un altavoz a los más bestias, para que la gente piense efectivamente que "los antitaurinos se están radicalizando". Cualquiera sabe que la noticia sobre los DOS tweets era sensacionalismo de libro. En cuanto a la comparación empleado de un matadero-torero para mí no ha lugar. Por muchos motivos, pero entre los principales el hecho que de lo uno se hace un espectáculo y de lo otro no, que dudo que un empleado de un matadero "soñase" con ese puesto de trabajo de pequeño, que diga que lo que hace es un arte, o que alargue el sufrimiento de uno de los animales a los que ha de matar y encima diga, en un ejercicio de cinismo, que nadie ama a ese animal como él.

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@hanest #16 No me gustan los toros. De hecho, nunca he ido a una plaza de toros, pero equiparar la muerte de un torero con la de un toro, en base a que "se lo tenía merecido, no haber matado tantos toros. Ojo por ojo..." es a lo que me refiero con el matiz violento del anti-taurinismo. Aconsejo a esos puristas de la vida natural una visita a cualquier matadero, o granja de pollos, o cultivo transgénico, o ... El día en que empiece a leer tweets deseando la muerte a los empleados de los mataderos creeré que no es un problema exclusivo del anti-taurinismo. Los toros pueden ser muy rechazables como costumbre bárbara propia de otra época. No problem con los que oiensan así. Educación en otros valores es la única receta válida para hacerse oir

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@solateras #12 Eso es una bobada. Ninguno de esos dos capítulos demuestran que el movimiento antitaurino, exceptuando los 4 idiotas de siempre, se haya vuelto violento. En primer lugar ni siquiera se sabe si los autores de los comentarios eran o no antitaurinos. Pero además tampoco es que importe mucho, por que imbéciles e indeseables hay en todas partes. Por otro lado, elevar anécdotas a la categoría de noticias, no es más que una muestra del sensacionalismo barato que cada vez invade más el periodismo.

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El anti-taurinismo ha tomado un matiz violento en los ultimos tiempos. Lo vimos con los insultos al torero muerto hace unos meses y lo hemos vuelto a vivir ahora con este niño atacado con odio. En este caso, informar era un deber cumplido. Tapar la realidad para que no huela mal es justo lo contrario de lo que el periodismo se supone que debe ser