Internacional
El Parlamento Europeo y los territorios ocupados

Las etiquetas de la crisis entre Israel y la Unión Europa

Una iniciativa europea pidiendo que los productos procedentes de territorios ocupados por Israel clarificaran su origen en su presentación comercial provocó un serio enfriamiento de las relaciones entre Bruselas y Tel Aviv en 2015. Un año y medio después, el impacto de esta medida es más que limitado.

Getty Images

Jerusalem

Era noviembre de 2015. A instancias del Parlamento Europeo, la Comisión aprobaba una directiva pidiendo a los 28 Estados miembros que la presentación de los productos procedentes de territorios que Israel ocupa desde 1967 en Jerusalén-Este, Cisjordania y la zona del Golán y que Europa importa y vende en sus comercios debía especificar con claridad su origen. La etiqueta “Hecho en Israel” no se consideraba apropiada ya que no informaba realmente al consumidor sobre su lugar de procedencia.

Las etiquetas de la crisis entre Israel y la Unión Europea

02:15

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004497858/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

“Inmoral” fue el término usado por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu tras hacerse pública la medida. “A Europa debería darle vergüenza”, agregó el jefe de gobierno. El ejecutivo israelí consideró que la medida era esencialmente antiisraelí y hubo quienes reprocharon a Bruselas un comportamiento antisemita.

La UE especificó que correspondía a cada país miembro aplicar esta norma, cuyo fin, según Bruselas no era político sino técnico, es decir, informar al consumidor del origen del vino, producto de belleza o dátiles que adquiere.

Sin embargo, el impacto práctico de la directiva, un año y medio después, es escaso. Para Hugh Lovatt, coordinador del proyecto Israel-Palestina en el Consejo Europeo, la presión ejercida por Israel contra la aplicación de esta directiva, la ausencia de un control efectivo por parte de los gobiernos nacionales y una falta de información general contribuyen a que la medida se haya quedado básicamente en el papel.

"En la mayoría de los casos la sociedad civil es la única encargada del monitoreo de esta directiva", explica el experto a la SER.

Cuando la directiva fue aprobada se temía los intercambios comerciales entre la UE e Israel se vieran muy perjudicados. Según datos oficiales, las importaciones europeas de productos procedentes de asentamientos de Cisjordania y Jerusalén-Este representan un 2% del comercio total entre la UE e Israel.

Yaacov Berg, empresario israelí residente en la colonia de Psagot, cerca de la ciudad palestina de Ramala, es el ejemplo del escaso impacto de la iniciativa europea. En noviembre de 2015, este productor de vino producía 250.000 botellas al año y actualmente supera las 300.000. Tres cuartas partes de su producción se exporta, principalmente a Estados Unidos, América Latina, Australia y también Europa.

"El año pasado (2016) duplicamos nuestro volumen de negocios en Estados Unidos y nuestras ventas a Europa aumentaron en un 1,6%", explica el empresario. Las 50 hectáreas de viñedos de la bodega también están situadas en Cisjordania. Es decir, todo el proceso de producción y elaboración del vino se realiza en lo que la legislación internacional considera un territorio ocupado. Pero la etiqueta de sus vinos sigue siendo la misma “Producto de Israel” y Berg asegura que denunciará a todo aquel importador que intente cambiarla.

Para los palestinos, que se congratularon en 2015 ante la directiva que aprobaba Bruselas, esta medida, además de poco útil es “insuficiente”. Los responsables siguen instando a la comunidad internacional a inspirarse en el ejemplo de Sudáfrica durante el apartheid. Según ellos, la solución no es cambiar las etiquetas de los productos procedentes de las colonias sino “boicotear de forma efectiva estos productos” y no dejarlos entrar en los mercados occidentales.

“El boicot es un elemento importante para que la comunidad internacional diga: ‘Basta, no tienen estar el derecho de estar aquí y aprovecharse de la tierra palestina y de los palestinos para enriquecerse’. Es lamentable que no haya una campaña real en todo el mundo que prohíba la entrada de productos de cualquier territorio ocupado habitado por colonos”, considera el diputado palestino Fayez Saqqa.

“Ese producto de una colonia de Cisjordania, por ejemplo, es como si fuera un producto de contrabando, es un producto ilegal, que está bañado con la sangre del pueblo palestino. Por eso dejarlo entrar o no en un supermercado europeo no puede depender de la conciencia de una persona, sino que debería ser establecido por ley”, zanja.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00