La empresa Aguas de Avilés garantizó ayer la calidad del agua potable de la ciudad y su "idoneidad para el consumo" después de que se produjera un presunto vertido de hidrocarburo al río Magdalena que actualmente está siendo investigado por la Consejería de Medio Ambiente. El supuesto derrame afectó a la red de agua potable causando la alarma entre cientos de avilesinos, que ya el jueves acusaron "un fuerte olor y sabor a hidrocarburo en el agua" de consumo. Los barrios más afectados fueron tres de los más poblados de Avilés: el Quirinal, el Carbayedo y Versalles.

Tras un meticuloso análisis, los técnicos de Aguas de Avilés confirmaron la "completa potabilidad" del agua. Las horas se hicieron aún así eternas para los afectados, que echaron en falta, según coincidieron, una notificación oficial explicnado lo ocurrido. Algunos vecinos alertaron el jueves a la Policía Local y también a Aguas de Avilés de que al abrir el grifo "salía agua con fuerte olor a gasoil", como explicó un vecino del Quirinal.

Una vez recibidas estas llamadas y de manera adicional a los análisis recogidos en el plan de autocontrol del agua de Avilés, los profesionales de Aguas de Avilés tomaron muestras en las viviendas afectadas con el objeto de descartar cualquier problema y verificar su adecuación a la normativa que regula la calidad del agua del consumo humano. Las revisiones efectuadas se extendieron desde los domicilios de donde se habían recibido los avisos a las redes de distribución y a los depósitos reguladores. "En esas zonas, además, se realizó en la noche del jueves al viernes un vaciado de las redes de distribución en previsión de la existencia de alguna anomalía", según manifestaron fuentes municipales.

Ayer, ante un nuevo aviso de un vecino informando de que el agua potable salía con "olor y sabor a hidrocarburo", los técnicos de Aguas de Avilés activaron de nuevo los protocolos de actuación que incluyen, entre otros, el drenado completo de las redes de abastecimiento y el control exhaustivo de la calidad del agua en origen, del depósito de cabecera y de la estación de tratamiento de agua potable. "Fruto de este control, los nuevos análisis del agua almacenada en los depósitos revelaron su completa potabilidad", señalaron mediante un comunicado, en el que destacaron que se abrieron todos los desagües disponibles de la ciudad con el objetivo de drenar las redes. También se purgaron pozos para eliminar malos olores y restos de aguas fecales.

"El resultado de todas las analíticas realizadas indican que el agua suministrada en Avilés cumple con todos los requisitos exigidos en la normativa vigente", incidió un portavoz de Aguas de Avilés.

El posible origen de esta incidencia parece encontrarse, explicaron, en un vertido de hidrocarburo o una sustancia similar al río Magdalena. Actualmente la Consejería de Medio Ambiente está investigando el posible derrame. Ayer, no obstante, se inspeccionó dicho río desde la depuradora hacia arriba y no se detectó ninguna mancha sospechosa.

El portavoz del Colectivo Ecologista de Avilés, Fructuoso Pontigo, se preguntó al respecto cómo puede ocurrir un suceso de esta índole "después del dinero invertido en la depuradora". Señaló, a su vez, que este tipo de incidencias dejan en evidencia "la falta de control existente en el suministro de agua de Avilés".