ISASAWEIS. ESCRITORA Y BLOGGER
OPINIÓN

Llega un momento en el que las malas noticias van sobre nosotros

La escritora y bloguera Isasaweis, en la redacción de 20minutos.
La escritora y bloguera Isasaweis, en la redacción de 20minutos.
JORGE PARÍS
La escritora y bloguera Isasaweis, en la redacción de 20minutos.

Uno llega a una edad en la que las malas noticias ya no tratan sobre los padres de tus amigos sino que los protagonistas empiezan a ser tus compañeros de generación. Uno llega a una edad en la que los cánceres, las muertes repentinas y las historias trágicas de "se lo llevó en cuatro días" empiezan a versar sobre la gente con la que compartiste pupitre o noches de sábado. Y esto llega así de repente...

Hasta cierta edad uno pierde a algún amigo directo, le cuentan historias de un par de conocidos y oye algún que otro caso de "aquel chico del cole que iba con este y con este otro".

Mi amigo directo fue un compañero de la facultad con quien compartí apuntes y muchas risas. También algunas charlas nocturnas y reflexiones que iban a solucionar el mundo, y hasta una película con un par de batidos en un cine dejado de la mano de Dios.

Álvaro era un gran amigo, amante de la lectura y la cultura japonesa, y un día me llamaron para decirme que se había muerto.

Lo lloré mucho y recuerdo que aquella fue la primera vez que pensé que la vida a una persona le había dado menos oportunidades que a mí. Era un par de años más joven que yo y se fue muchos años antes. Desde entonces, cuando se va alguien que ha vivido menos años lo pienso, "tuvo menos tiempo para vivir"... Y me recuerdo que he de aprovechar este regalo que se me ha dado. Y claro, con la edad, esto me ocurre cada vez más a menudo.

Resulta que no somos inmortales. Resulta que eso de que "vida sólo hay una y hay que aprovecharla al máximo" va en serio. Y cuando te paras a reflexionar estas palabras, de tan duro pensamiento sacas una de las mejores lecciones que te habrás dado nunca: Voy a ser feliz. Voy a vivir la vida con mis normas, a mi manera, disfrutando cada momento, en cada esquina, sonriendo, siendo feliz y haciendo felices a los demás. No voy a discutir, no voy a enfadarme por tonterías, no voy a hacer mal a nadie y tampoco a mí mismo. Voy a luchar por lo que quiero y a dar importancia sólo a las cosas que de verdad la tienen. Salud, eso es lo único que importa.

Qué de tópicos en un sólo párrafo, ¿verdad? Pues resulta que en algún momento de la vida nos damos cuenta de que todo esto no son sólo frases hechas para acompañar de un bonito paisaje y motivarnos en Instagram. Son reflexiones de gente que ha vivido más que nosotros y que nos las regala para que no caigamos en el mismo error de dejar que la vida nos viva... sin vivirla nosotros.

Es difícil entender esto con 20 ó 30 años. A esas edades tenemos otras prioridades que nos mantienen demasiado ocupados y distraídos del verdadero sentido de vivir.

Con suerte, algunos lo descubriremos en el ecuador y tendremos toda otra maravillosa mitad de vida por delante. Pero no os descuidéis. Hay quien entiende esto en sus últimos días, cuando el final es inminente e inevitable. Y es entonces cuando se arrepiente de no haber vivido, y escribe textos y frases, y nos deja este maravilloso legado para quienes venimos detrás. A algunos afortunados les hará entender, y a otros al menos les dará algo que compartir en redes sociales los lunes por la mañana.

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