Durante 40 años el hombre ha intentado buscar una explicación a esta fascinante señal de radio: The Buzzer

Bosque cercano a Povarovo (Rusia). AP Images
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Un zumbido corto, intenso y anodino seguido muy de vez en cuando de una música de fondo y unas voces lejanas con acento ruso. La repetición de este timbre se da a un promedio de 25 pulsos por minutos durante 23 horas y 10 minutos al día desde la frecuencia 4.607 kHz (AM). Bienvenido a The Buzzer.

Mucho antes de que J.J. Abrams desarrollase la trama de Lost y nos mostrara los secretos de la iniciativa Dharma, en nuestro planeta se han dado numerosos casos de emisiones de onda corta/alta frecuencia en estaciones de radio bajo un halo de misterio de lo más peliculero. Muchas de ellas ya resueltas, como es el caso de la mítica Russian Woodpeker (Duga-3), una señal proveniente de la Unión Soviética cuyos inicios se remontan a 1976. Incluso hoy podemos encontrar el denominado como The Conet Project para los amigos del sonido. Una especie de recopilatorio con las grabaciones más intrigantes.

En realidad hablamos de las llamadas estaciones o emisoras de números, un elemento de indudable interés debido a sus posibles usos en materia de espionaje en el pasado. En esencia, emisoras de radio de onda corta (lo que permite multiplicar su alcance) de origen incierto donde se transmiten voces leyendo secuencias de números, letras o palabras, aunque aquel que las sintonice normalmente se encontrará con largos periodos de ruido blanco que se interrumpen por la voz de alguien leyendo una secuencia sin relación aparente.

Y si hoy siguen siendo una fuente de noticias es porque dicho elemento perduró en el tiempo más que ninguna otra táctica de espionaje. De hecho, en la actualidad es una opción muy válida para enviar mensajes codificados.

Si nos guiamos por lo que cuentan en The Conet Project, podemos encontrar los primeros registros de estas emisoras en la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, las emisoras se han utilizado para todo tipo de propósitos. Desde los más obvios en materia de espionaje hasta operaciones de narcotráfico.

Y de todas ellas, por su antigüedad y misterio que la envuelve, hay una que destaca sobre las demás, una que jamás se ha podido descifrar. Ese pitido o zumbido comenzó en algún punto de la década de los 70. Desde entonces se han desarrollado miles de teorías que intentan arrojar luz al origen y significado de UVB-76.

The Buzzer, el origen

El 24 de diciembre de 1997, la noche de navidad, el grupo de aficionados que llevaba años tras la pista de una misteriosa emisora daba con la primera gran prueba sobre su paradero. Sobre las 22:00 (UTC) comienzan a repetirse una serie de pitidos cortos, pitidos que por primera vez sustituyen el hasta ahora inconfundible zumbido. Tras esta serie se produce un hecho inusual. Los pitidos se cortan abruptamente y aparece por primera vez una voz.

Se trata de una voz femenina hablando en ruso. Una secuencia que queda grabada y perfectamente audible de la siguiente forma:

Ya UVB-76. 180 08 74 27 99 BROMAL 14. Boris, romana, Olga, Mikhail, Anna, Larisa. 7 4 2 7 9 9 1 4

Dicho mensaje se repetiría hasta la llegada de otra sucesión de pitidos que anunciaban el fin del mismo, volviendo finalmente al anodino zumbido de siempre. Ese día no se volvió a escuchar otro mensaje, pero gracias a él se supo la ubicación desde la que partía la emisora UBV-76. La pista llevaba hasta Povarovo, a más de 30 kilómetros de Moscú. Fue, sin ninguna duda, el momento en el que The Buzzer pasó a la categoría de leyenda.

La primera vez que alguien ajeno a The Buzzer tuvo constancia de su existencia fue en 1982. Ese año un grupo de aficionados dio con un receptor de onda corta que emitía un extraño zumbido en la frecuencia 4.625 kHz. Se trataba de un pitido de unos dos segundos que luego se repetía de manera seguida. Aunque lo cierto es que según los informes que se han recabado desde entonces, la señal de radio que ocupa dicha frecuencia ha estado trasmitiendo desde mediados/finales de la década de los 70.

A partir del primer mensaje de voz en 1997 la cosa comenzó a variar. Cada pocos años el timbre se detenía y volvía a aparecer una voz en ruso que leía una sucesión de números y nombres en dicho idioma. Una de las primeras cuestiones, dada su longevidad, era el por qué de su espacio en el tiempo. En lugar de apagarse o detenerse con la caída del comunismo en Rusia, The Buzzer se hizo todavía más activa. De hecho, en el nuevo milenio los mensajes vocales han sido cada vez más frecuentes.

Lo primero que se pensó es que podría tratarse simplemente de una señal pre-grabada o de un tono en bucle. Estas teorías fueron descartadas rápidamente, ya que el zumbido se genera de forma manual. En cuanto a la razón para que se escuchen conversaciones telefónicas en segundo plano o ruidos de fondo cambiantes durante su historia, es posible que se trate de un altavoz que está colocado junto a un micrófono, lo que ofrece al mundo una visión ciertamente inquietante del lugar desde el que se origina la señal.

Transmisiones y viaje al epicentro de UVB-76

Tras el descubrimiento en 1982 de la estación de radio, The Buzzer ha sufrido cambios. Las siguientes fechas son una relación de los acontecimientos más importantes sufridos por la señal hasta el año 2010:

  • Principios de 1990: se modifica el zumbido original. De los 2 segundos de duración pasa a 0,8 segundos, de 25 pulsos por minuto pasa a oscilar variando entre 20 y 34 veces por minuto.
  • 24 de diciembre de 1997: primer mensaje con voz.
  • 3 de noviembre del 2001: se atribuye a un posible fallo, posiblemente la activación de un micro cuando no debía. Ese día se escucha una conversación en ruso con dos interlocutores. Una de las voces dice Soy el 143 no recibo el oscilador. Acto seguido una voz femenina replica Eso viene de la sala de operaciones.
  • 12 de septiembre del 2002: se puede apreciar una voz distorsionada. Los radioaficionados consiguen transcribir el siguiente mensaje: UVB-76, UVB-76. 62691 Izafet 36938270.
  • 3 de diciembre de 2002: una voz masculina surge en la emisión brevemente. Parecía estar probando el micrófono.
  • 16 de enero del 2003: los radioaficionados aprecian un breve cambio en el tono de la grabación. Los tonos ahora son más largos y agudos. Poco tiempo después la secuencia de revierte.
  • 21 de febrero del 2006: de nuevo una voz distorsionada surge en el emisión. La transcripción dice: 75-59-75-59. 39-52-53-58. 5-5-2-5. Konstantin-1-9-0-9-0-8-9-8-Tatiana-Oksana-Anna-Elena-Pavel-Schuka. Konstantin 8-4. 9-7-5-5-9-Tatiana. Anna Larisa Uliyana-9-4-1-4-3-4-8..

Posiblemente el 2010 fue el momento en el que Internet revolucionó todo lo relacionado con la misteriosa estación. Ese año 4chan y sus intrépidos amigos del misterio entraron de lleno en el reto de descifrar qué se escondía tras The Buzzer. Ocurrió a partir del 2 de septiembre, momento en el que se pudo escuchar lo siguiente desde la UVB-76:

Como se puede apreciar en este extracto de audio, de fondo se escucha un fragmento del Lago de los Cisnes de Tchaikovsky y aunque el audio se quede ahí, posteriormente hacía su aparición una voz femenina contando del 1 al 9 en una secuencia que parecía indicar que transmitían en código Morse. El mensaje terminaba con una extraña conversación ininteligible por su calidad.

Ocurre que ese mensaje había cambiado por primera vez su ubicación. Septiembre fue sin ninguna duda el inicio de la mayor actividad en The Buzzer desde su origen. De hecho, es muy posible que ese cambio de ubicación sea precisamente el motivo de dicha actividad. Además de un nuevo paradero desconocido, la estación cambia de nombre y pasó de llamarse UVB-76 a MDZhB.

Unos meses antes, los largos esfuerzos en la red por encontrar la ubicación original anterior dieron sus frutos. La estación se mostraba en Google Maps y si aquello era cierto, se trataba de una especie de búnker en una antigua base militar rusa en las afueras de Povarovo. Así fue como un grupo de seguidores y amantes del misterio se acercaron hasta la zona. Viajaron a la ciudad rusa en un intento por visitar el espacio desde el que se emitía la señal que se había originado hacía más de 30 años.

Cuando este grupo llegó a la ciudad hablaron con los locales, quienes les explicaron que ese año se había dado un gran número de tormentas en la zona. Una de ellas fue tan tremenda que el puesto militar fue evacuado en pocas horas. Tras una larga caminata este grupo de exploradores ávidos por encontrar el secreto detrás de la señal daba con lo que parecía la entrada al búnker junto a una serie de edificios militares, todos abandonados.

Los tipos describieron el lugar como un espacio donde se podía percibir que la gente había salido rápido dejando algunas pertenencias por el camino. El búnker era de difícil acceso debido a que muchas partes se habían convertido en hielo, otras permanecía con agua helada. Pero cuando accedieron a su interior había pistas que no dejaban lugar a dudas. Era, según el grupo, un “espacio tranquilo, oscuro y solitario, algo así como un laberinto con una gran cantidad de pasillos y habitaciones”.

En su interior encontraron un libro que contenía un registro de los mensajes enviados a través de la UVB-76, siendo el último de ese mismo mes de agosto, momento en el que supuestamente debieron de abandonar la zona. La señal etérea que había fascinado al mundo durante años tenía por fin la primera señal física junto a la posible confirmación de que, fuera lo que fueran esos mensajes, fueron ejecutados por los rusos.

Teorías

Hoy, The Buzzer, o UVB-76 o MDZhB sigue emitiendo. De hecho, el 19 de octubre de este año se notificaron al menos 18 mensajes diferentes en menos de 24 horas. Por tanto su misterio continúa, ya que nadie sabe la razón de su existencia. Durante estos años han continuado los mensajes esporádicos, mensajes que han atraído a legiones de oyentes que buscan sintonizar la estación por medio de radios y streams online.

Junto al renovado interés por su estudio y los archivos de las emisiones, también se han llevado a cabo varios intentos por tratar de determinar la nueva ubicación de la señal. Y es que a diferencia del pasado, ahora parece que The Buzzer funciona desde múltiples transmisores por toda Rusia, lo que ha llevado a los intrépidos investigadores a determinar tres posibles ubicaciones.

Una ubicación posible es la pequeña localidad rusa de Kirsino, y si decimos pequeña es porque la población registrada no alcanza los 50 habitantes. Otra se encontraría cerca de la frontera de Estonia, en Pskov Oblast. Muchos la sitúan como la fuente más probable. Por último, recientemente ha aparecido una nueva ubicación, probablemente también, la más controvertida y la que más hilos de discusión ha creado. La señal podría estar relacionada con un canal de radio del gobierno ruso.

Lo cierto es que incluso si damos por válido que los seguidores de la transmisión pudieron haber descubierto la antigua localización, ni su nueva ubicación ni su propósito se han desvelado. Y como cualquier otro misterio sin resolver, abundan las teorías de la conspiración, unas más creíbles que otras.

Lo más parecido a una explicación oficial sobre el origen y propósito de la señal proviene de un supuesto paper académico publicado por el Borok Geophysical Observatory. Esta organización, financiada por el estado y descrita como una “rama del Estado Federal del instituto de la ciencia” ha comunicado que la señal se origina a partir de un observatorio utilizando la frecuencia 4.607 kHz para medir los cambios en la ionosfera. Esta información sale en el Russian Journal of Earth Sciences.

De ser así, no explica el por qué del bunker militar o los múltiples mensajes de voz que se han dado en estas cuatro décadas. Tampoco existe ni se ha hecho público un informe sobre dicha investigación que sea fiable. Además y como explican los reacios a esta información, una señal en la frecuencia 4.607 kHz habría sufrido de una interferencia extrema, lo que hace que fuera inutilizable para la investigación de la ionosfera.

Y es aquí donde entra la teoría favorita de los fans y amantes de la conspiranoia. The Buzzer podría ser, ni más ni menos, que un interruptor. Un sistema que, en el hipotético caso de que exista un ataque nuclear y paralice al mando militar ruso, el sistema automatizado pondría en marcha un contraataque. No decimos que Rusia no pueda tener un sistema parecido, pero resultaría extraño que un zumbido vagando a través de una estación durante años fuera el principio de un apocalipsis nuclear.

Por último tenemos la explicación más verosímil de todas. La de que The Buzzer es un sistema de comunicación militar que opera a través de Rusia occidental. Los mensajes cifrados son anuncios dirigidos a diversas áreas militares, siendo en ese caso un simple medio de comunicación con múltiples unidades al mismo tiempo. En cuanto al ruido, al misterioso zumbido repetitivo, se explicaría como un simple marcador de canal cuya existencia sirve para disuadir a otros de usar la misma frecuencia, dando la sensación de estar siempre ocupado.

De ser así, durante décadas el hombre ha estado persiguiendo una señal que no dejaba de ser una red de comunicación interna de la división occidental de las fuerzas armadas rusas.

Pero mientras siga sin existir una confirmación oficial y The Buzzer siga emitiendo ese sonido o zumbido característico, el hombre podrá seguir elucubrando con un pitido que bien podría ser un estudio de las variaciones de la ionosfera, o una serie de mensajes cifrados entre espías del gobierno ruso, o la mejor de todas, la señal de un inminente apocalipsis.