Hay una gran población de animales radioactivos en la zona de exclusión de Chernobyl, a pesar de ser tóxica para los humanos

Bisontes en un vivero en la zona de exclusión alrededor del reactor nuclear de Chernobyl cerca de la aldea abandonada de Dronki, Bielorrusia, el 28 de enero de 2016.
Bisontes en un vivero en la zona de exclusión alrededor del reactor nuclear de Chernobyl cerca de la aldea abandonada de Dronki, Bielorrusia, el 28 de enero de 2016.Vasily Fedosenko/Reuters
  • La central nuclear de Chernobyl en la entonces Unión Soviética experimentó un aumento de potencia en abril de 1986.
  • Los residentes de las áreas circundantes fueron evacuados, y la zona se ha convertido en una ciudad fantasma en las décadas posteriores, a excepción de algunos vecinos que regresaron.
  • Pero desde entonces, una comunidad diversa de vida silvestre ha repoblado el área debido a la ausencia de humanos.
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El  26 de abril de 1986, el reactor número cuatro en la central de energía nuclear de Chernobyl, ubicada en la entonces Unión Soviética, experimentó un aumento de potencia, lo que derivó en una explosión que envió una nube de materiales radiactivos a diferentes partes de Europa.

Fue el peor accidente nuclear del mundo. Alrededor de 350.000 personas fueron evacuadas después de la explosión.

Hoy en día, las áreas que rodean la central de Chernobyl están despobladas casi por completo, a excepción de algunos vecinos que residen en la zona de exclusión de Chernobyl.

No obstante, el área contaminada ha sido repoblada por un diverso grupo de vida silvestre.

Leer más: Los devastadores efectos de Chernobyl: así siguió matando silenciosamente años después del accidente

Los científicos y expertos siguen investigando cómo afecta la exposición radiactiva a estos animales, pero muchos estudios hasta ahora apuntan a la explicación más probable de por qué aumenta su presencia: la falta de humanos.

"La naturaleza florece cuando los humanos desaparecen de la ecuación, incluso habiéndose producido el peor accidente nuclear del mundo", afirma a National Geographic Jim Smith, un científico ambiental que estudió la vida cerca de Chernobyl.

Así es como la naturaleza ha reclamado la tierra contaminada.

La explosión en la central de energía nuclear de Chernobyl en 1986 esparció columnas de contaminantes radiactivos en distintas partes de Europa.

La central nuclear de Chernobyl en abril de 1986, fotografiada pocos días después de la explosión.
La central nuclear de Chernobyl en abril de 1986, fotografiada pocos días después de la explosión.AP

Fuente: Business Insider

Como resultado, unas 350.000 personas de la zona de exclusión se vieron obligadas a abandonar sus hogares, la mayoría para siempre.

Se les dijo que cogieran pocas pertenencias personales y documentos de identidad, ya que se pensaba que regresarían varios días después, pero no fue el caso.
Se les dijo que cogieran pocas pertenencias personales y documentos de identidad, ya que se pensaba que regresarían varios días después, pero no fue el caso.Igor Kostin/Sygma/Contributor

Fuente: Business Insider

Las áreas que rodean la central ahora se catalogan como algunas de las más contaminadas del planeta. La zona de exclusión de Chernobyl de 2.590 kilómetros cuadrados es ahora la zona de exclusión oficialmente designada en Ucrania...

The areas surrounding the plant are now considered to be some of the most polluted areas on the planet. A 1,000-square-mile Chernobyl Exclusion Zone is now the officially designated exclusion zone in Ukraine ...
Google Maps/Andrew Blackwell/Business Insider

Fuente: visitchernobyl.com , BBC, USA Today

...que linda con la zona de exclusión en la vecina Bielorrusia, conocida como la Reserva Radioecológica del Estado de Palieski. Aunque la explosión tuvo lugar en Ucrania, gran parte de la radiación del desastre de Chernobyl llegó al norte, a Bielorrusia.

... which adjoins the exclusion zone in neighboring Belarus, known as the Palieski State Radioecological Reserve. Though the explosion took place in Ukraine, much of the radiation from the Chernobyl disaster was blown north to
Google Maps/Andrew Blackwell/Business Insider

Fuente: The Guardian

La zona de exclusión de Chernobyl todavía se considera una región insegura para los humanos debido a los altos niveles de radiación. Técnicamente se considera ilegal vivir allí, aunque hay algunos que lo hacen.

Foto de Ivan Semenyuk, residente de la zona de exclusión, hecha en 2011.
Foto de Ivan Semenyuk, residente de la zona de exclusión, hecha en 2011.SERGEI SUPINSKY/AFP/Getty Images

Dejando a un lado a la pequeña población de residentes locales que han regresado, la zona permanece abandonada en su mayoría desde entonces...

Foto de David McMillan.
Foto de David McMillan.Courtesy of David McMillan

...con la excepción de los descendientes de animales abandonados y una población de vida silvestre que ha ido creciendo.

Un alce en la zona de exclusión alrededor del reactor nuclear de Chernobyl en 2016.
Un alce en la zona de exclusión alrededor del reactor nuclear de Chernobyl en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Cuando las personas fueron evacuadas de Chernobyl en 1986, muchos dejaron a sus mascotas atrás pensando que pronto regresarían. Después de no poder volver, los soldados del ejército soviético fueron enviados a matar a las mascotas que habían quedado atrás.

When people were evacuated from Chernobyl in 1986, many left their pets behind thinking that they would soon return. After they were unable to return, Soviet Army soldiers were sent to kill the pets that had been left behind.
viktor95/Shutterstock

Fuente: SPCA International, Clean Futures Fund

No obstante, algunas sobrevivieron, y ahora cientos de sus descendientes viven en la zona de exclusión.

Perros callejeros en la zona de exclusión.
Perros callejeros en la zona de exclusión.Sergiy Romanyuk/Shutterstick

Fuente: SPCA International, Clean Futures Fund

 

El Clean Futures Fund (CFF), que ha estado visitando Chernobyl para esterilizar, castrar y vacunar perros callejeros, estima que hay más de 600 en toda la zona de exclusión. SPCA International (SPCAI) por su parte, calcula que ha brindado atención a más de 800 perros y gatos que viven allí.

Cachorros callejeros juegan en una torre de enfriamiento abandonada en la planta de energía nuclear de Chernobyl en 2017.
Cachorros callejeros juegan en una torre de enfriamiento abandonada en la planta de energía nuclear de Chernobyl en 2017.Sean Gallup/Getty Images

Fuente: SPCA International, Clean Futures Fund

Si bien hay muchos de estos animales callejeros en la zona de exclusión, SPCAI y CFF informan de que la mayoría de ellos luchan por sobrevivir allí. Dependen del cuidado y las sobras de los trabajadores de las centrales eléctricas y de los visitantes ocasionales, y pocos viven más de seis años.

Lucas Hixson, cofundador de CFF, acaricia a un perro callejero cerca de la planta de energía de Chernobyl en 2018.
Lucas Hixson, cofundador de CFF, acaricia a un perro callejero cerca de la planta de energía de Chernobyl en 2018.Sergei Supinsky/AFP/Getty Images

Fuente: SPCA International, Clean Futures Fund

Las organizaciones están trabajando juntas para seguir cuidando a estos animales, y en 2018 adoptaron 15 cachorros que no representaban un riesgo de radiación para los humanos.

The organizations are working together to continue caring for these animals, and in 2018, they adopted out 15 puppies that didn't pose a radiation risk to humans.
Sean Gallup / Getty Images

Fuente: SPCA International, Clean Futures Fund

Las mascotas perdidas no son los únicos animales que se abren paso en la zona de exclusión. Los científicos dicen que es posible que la cantidad de animales salvajes haya aumentado en los últimos 33 años.

Alce en la zona de exclusión en 2016.
Alce en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Hoy en día, puedes encontrar alces, ciervos, lobos, bisontes, zorros y docenas de otras especies que deambulan por la zona.

Bisontes en la zona de exclusión en 2011.
Bisontes en la zona de exclusión en 2011.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

También se ha documentado que el oso pardo europeo, un animal que no se había visto en la región en más de un siglo, vivía en la zona.

La zona de exclusión en 2016.
La zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Telegraph

Incluso se puede encontrar el caballo de Przewalski en peligro de extinción, una especie rara de caballo salvaje, que deambula por la zona.

Los caballos de Przewalski cerca de la ciudad de Tabor, República Checa, en 2017. Esta foto no se hizo en la zona de exclusión de Chernobyl.
Los caballos de Przewalski cerca de la ciudad de Tabor, República Checa, en 2017. Esta foto no se hizo en la zona de exclusión de Chernobyl.David W Cerny/Reuters

Fuente: BBC

Los científicos los liberaron a propósito en el área en la década de 1990 como parte de un programa de conservación. Viajan en manadas y parecen haberse adaptado bien al medio ambiente, según Mike Wood de la Universidad de Salford.

Los caballos de Przewalski cerca de la ciudad de Tabor, República Checa, en 2012. Esta foto no se hizo en la zona de exclusión de Chernobyl.
Los caballos de Przewalski cerca de la ciudad de Tabor, República Checa, en 2012. Esta foto no se hizo en la zona de exclusión de Chernobyl.David W Cerny/Reuters

Fuente: BBC

Existe un debate sobre por qué la zona contaminada ha demostrado ser un ambiente beneficioso para los animales.

Víbora en la zona de exclusión en 2009.
Víbora en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider, National Geographic

También hay cierta polémica sobre cuánto está "prosperando" la población de vida silvestre dentro de la zona en comparación con las poblaciones fuera de ella.

Lobo en la zona de exclusión en 2016.
Lobo en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider, National Geographic

Los científicos intentan entender cuánta vida salvaje dentro de la zona de exclusión se está beneficiando de la falta de interferencia humana y cuánto está sufriendo por la contaminación en la zona.

Búho leonado en la zona de exclusión en 2016.
Búho leonado en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Reuters

La radiación persistente no es saludable para los animales, pero algunos científicos dicen que los efectos de la actividad humana, como la caza, la agricultura y la silvicultura, son peores.

Urraca en la zona de exclusión en 2016.
Urraca en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Live Science, National Geographic

Algunos investigadores piensan que la ausencia total de humanos es lo que ha permitido que ciertas especies prosperen.

Nutria en la zona de exclusión en 2016.
Nutria en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Live Science

Debido a que la caza no es una práctica común, los mamíferos grandes tienen más probabilidades de vivir y prosperar en esta zona que los mamíferos más pequeños, según algunos científicos.

Bisontes en la zona de exclusión en 2016.
Bisontes en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Live Science, National Geographic

Se cree que los bisontes, en particular, se benefician de la falta de población humana.

Bisontes en la zona de exclusión en 2016.
Bisontes en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic, Business Insider

Todavía hay estudios en curso para descubrir si la radiación tiene un efecto negativo en los animales hasta el punto de dañarlos o matarlos.

Zorro en la zona de exclusión en 2018.
Zorro en la zona de exclusión en 2018.Tijuana2014/Shutterstock

Fuente: National Geographic

Los animales viven en diferentes áreas dentro de las zonas, donde los niveles de contaminación varían.

Señal de radiación en la zona de exclusión en 2016.
Señal de radiación en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: BBC

Por lo tanto, los científicos también están estudiando cómo cambian los niveles de exposición a la radiación en los animales a medida que se mueven por el territorio.

Alces en la zona de exclusión en 2009.
Alces en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: TelegraphBBC

Los estudios han demostrado que los animales más pequeños, como las aves y los roedores, han mostrado efectos negativos para la salud, como tumores y cataratas, que son efectos secundarios comunes de la exposición a la radiación.

Urogallo negro se ve en la zona de exclusión en 2011.
Urogallo negro se ve en la zona de exclusión en 2011.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Los animales más pequeños expuestos a la radiación también han mostrado desarrollos anormales de crecimiento.

Pájaro carpintero en la zona de exclusión en 2016.
Pájaro carpintero en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Los estudios también han demostrado que algunos insectos en áreas altamente radiactivas tienen una vida útil más corta y son más susceptibles a los parásitos.

Telaraña en la zona de exclusión en 2009.
Telaraña en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Se han encontrado niveles más altos de albinismo y alteraciones genéticas en aves que viven en áreas con niveles más altos de contaminación.

Búho en la zona de exclusión en 2009.
Búho en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

No obstante, todavía hay una gran población de aves, con unas 200 especies actualmente.

Aguila de cola blanca en la zona de exclusión en 2016.
Aguila de cola blanca en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Aunque los estudios han demostrado que la radiación afecta negativamente a algunas criaturas individuales, otros científicos dicen que las densidades de población en general no se ven afectadas.

Aguila de cola blanca en la zona de exclusión en 2009.
Aguila de cola blanca en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Según German Orizaola, un investigador de zoología que estudió los efectos de la radiación sobre las ranas arbóreas en Chernobyl, esto podría significar que los animales tienen una mayor resistencia a la radiación de lo que creíamos anteriormente.

Ciervo en la zona de exclusión en 2009.
Ciervo en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Es posible que algunos animales se estén adaptando a la radiación a la que están expuestos.

Alce en la zona de exclusión en 2008.
Alce en la zona de exclusión en 2008.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Los investigadores están estudiando los tipos de mutaciones que la exposición a la radiación está causando en ciertas especies.

Cuervo en la zona de exclusión en 2008.
Cuervo en la zona de exclusión en 2008.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Por ejemplo, un grupo de investigadores que trabaja con Orizaola descubrió que las ranas dentro de la zona de exclusión son de color más oscuro que las ranas que habitan en áreas fuera de ella.

Martillo amarillo en la zona de exclusión en 2016.
Martillo amarillo en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Business Insider

Los estudios en ciertos animales, como golondrinas y ratones de campo, sugieren que las mutaciones pueden incluso transmitirse a la siguiente generación.

Martillo amarillo en la zona de exclusión en 2009.
Martillo amarillo en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National GeographicInternational Journal of Science

También se están explorando mutaciones entre las grandes poblaciones de lobos dentro de la zona.

Lobo en la zona de exclusión en 2008.
Lobo en la zona de exclusión en 2008.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Los lobos son una de las especies más prominentes.

Lobos en la zona de exclusión en 2009.
Lobos en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Científicos han descubierto que la población de lobos es siete veces mayor en la parte bielorrusa que en reservas comparables no contaminadas.

Lobo en la zona de exclusión en 2016.
Lobo en la zona de exclusión en 2016.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Reuters, National Geographic

Jim Beasley, un ecologista de vida salvaje de la Universidad de Georgia en EEUU, declaró en 'National Geographic' en 2016 que los lobos en la zona de exclusión de Chernobyl pueden superar en número a la población de lobos en el Parque Nacional de Yellowstone.

Lobo en la zona de exclusión en 2008.
Lobo en la zona de exclusión en 2008.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Los científicos rastrearon a uno de estos lobos desde la zona de exclusión de Chernobyl hasta Rusia, y lo que Beasley le comentó a 'National Geographic' en 2018 no es sorprendente, ya que muchos lobos machos jóvenes realizan largas caminatas en busca de parejas.

Un lobo, pero no el animal exacto al que se hace referencia, en la zona de exclusión en 2008.
Un lobo, pero no el animal exacto al que se hace referencia, en la zona de exclusión en 2008.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: Independent y  National Geographic

Los hallazgos del viaje del lobo plantearon la cuestión de si las posibles mutaciones en su especie podrían realmente extenderse a otras poblaciones de lobos fuera de Chernobyl.

Lobo en la zona de exclusión en 2008.
Lobo en la zona de exclusión en 2008.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

No obstante, viendo cómo el lobo era físicamente capaz de hacer ese viaje de 400 km, y que los efectos mutacionales suelen ser dañinos, Anders Moller, científico de la Universidad de Paris-Sud, afirmó a 'National Geographic' que esto es poco probable.

Lobo en la zona de exclusión en 2009.
Lobo en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Aunque Tim Mousseau, biólogo de la Universidad de Carolina del Sur, explicó a 'National Geographic' en 2018 que la propagación de mutaciones de los lobos de Chernobyl es "ciertamente plausible" ya que se ha descubierto que los animales más pequeños tienen ese potencial.

Huellas de lobos en la zona de exclusión en 2009.
Huellas de lobos en la zona de exclusión en 2009.Vasily Fedosenko/Reuters

Fuente: National Geographic

Esta es una versión actualizada de un artículo escrito originalmente por Courtney Verrill.

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