El mundo de David Adjaye

David Adjaye, símbolo de la nueva generación de arquitectos africanos, es el primer arquitecto negro en recibir la medalla de oro del Royal Institute of British Architects (RIBA).

The National Museum of African American History and Culture (NMAAHC)

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David Adjaye es el símbolo de una nueva generación de arquitectos africanos que defiende un arte comprometido, humano y social. La trayectoria y las ideas de este británico de origen ghanés le valieron la prestigiosa medalla de oro del Royal Institute of British Architects (RIBA) el 30 de septiembre pasado. Adjaye es el primer arquitecto negro en obtener este reconocimiento.

No es un recién llegado. Una de las personas más influyentes del año según la revista Time y Sir desde hace tres años, Adjaye montó su propio estudio en el año 2000 –con solo 34 años– después de haber trabajado con el Pritzker Eduardo Souto de Moura. Conoce el lenguaje arquitectónico de sus raíces al dedillo. Uno de sus primeros trabajos consistió en analizar el trazado urbano y las peculiaridades de 54 ciudades africanas. Sus viajes por Japón –donde visitó la obra de Yoshio Taniguchi, Toyo Ito y Tadao Ando y donde estudió budismo en la universidad de Kioto–, lo convierten en una rara avis. Su canon no es occidental. A pesar de que la mayoría de sus trabajos se encuentra fuera del continente africano, en todos se leen sus raíces: Adjaye nació en Tanzania y vivió en Egipto, Yemen y Líbano antes de mudarse al Reino Unido con 9 años. Sus edificios se han convertido en embajadores de unos valores y una estética.

David Adjaye

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Tal vez el más conocido –y sin duda, el más grande e imponente– sea el Museo Nacional Smithsonian de Historia y Cultura Afroamericana en Washington (2016) reconocido en el año 2017 con el galardón Beazley. Este impresionante envoltorio que repasa los últimos 400 años de historia y cultura afroamericanas es de lo más expresivo. Basta mirarlo para adivinar de qué habla. Como muchas creaciones de Adjaye reivindica el pasado. La malla de bronce que recubre la fachada no es solo una hazaña –se inventaron un nuevo tipo de aleación de bronce y una técnica para aplicarlo– es un guiño a la arquitectura de Luisiana, Charleston y Nueva Orléans. “Fueron muchos los esclavos libres que entraron en los gremios de herreros en EE UU. Derrochaban talento: gran parte de la arquitectura del Sur la construyeron negros”, admitía David Adjaye en la revista Smithsonian Mag. En el New Yorker contaba que esos esclavos libres adaptaron técnicas tradicionales de Benín.

El asesinato racista de Stephen Lawrence en 1993 –un símbolo en la lucha contra la xenofobia y la corrupción policial en el Reino Unido– fue el punto de partida del centro de estudios homónimo proyectado por David Adjaye e inaugurado en 2007 en el Sur de Londres. Aparte de las aulas, las salas de reuniones e informática y los laboratorios; destacan sus estudios de grabación para editar, mezclar y grabar música y vídeo. En Harlem (Nueva York) y desde el año 2005 se encuentra Sugar Hill, un complejo de viviendas sociales con centro preescolar y un Museo de Arte para niños. Una fantasiosa pieza –parece una montaña sacada de un cuento infantil– que conversa con los edificios neo-góticos del entorno.

Sugar Hill, en Harlem

Adjaye Associates

A Adjaye le gusta cumplir sueños. Propios y ajenos. El año pasado se inauguró Ruby City en San Antonio (Tejas), el centro de arte de entrada gratuita de la empresaria y mecenas Linda Pace. La coleccionista de arte lo soñó. Tal cual. Se levantó una noche y garabateó un palacio carmesí enjoyado. Adjaye se encargó de materializarlo. El resultado, una armoniosa estructura angular que se funde con el paisaje de San Antonio. Pace nunca llegó a verlo; falleció de cáncer en 2007.

A David Adjaye el gusanillo de la arquitectura le entró llevando a su hermano pequeño Emmanuel –minusválido en silla de ruedas– a un colegio especial. Le impactó lo mal adaptada e ineficaz que era el establecimiento londinense. Se prometió eliminar barreras y luchar por la igualdad a través de una arquitectura comprometida con la sociedad y el entorno. La arquitectura es más que belleza, se dijo, la arquitectura debe cambiar vidas. Ese el motor de la creatividad de este maestro.

Ruby City, en San Antonio (Texas)

Adjaye Associates